Vive y trabaja en Terrassa.
Mediante las técnicas que me ofrece la cámara para controlar la luz y sobre todo la velocidad, me dejo llevar por aquellas emociones que se desencadenan dentro de mí, pensamientos pasajeros que vienen y van, como una segunda piel (la más interior), emociones y pensamientos que forman parte de ti, que son tú; quizás es por eso que necesito expresarlo a través del agua o de la débil y delicada luz de una vela, siempre arriesgando con las velocidades de obturación para extender ese instante, ver cómo aquello va pasando a la vez que queda fijado en una imagen que te permite entrar dentro y se vuelve eterna.
Todo esto necesita de un soporte que me permita percibir que estas imágenes transpiran, que son orgánicas, imperfectas, que están vivas y que no quedan estáticas.

Cristina Capellades
Barcelona, 1970
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